CINCO SALMOS Y UN HASTA LUEGO

El pasado 28 de agosto celebrábamos la Eucaristía de acción de gracias por el ministerio sacerdotal de D. Sergio Pérez en sus cinco años de servicio a estos pueblos de la Unidad Pastoral de Daroca. Ahora os dejamos las palabras que ha querido plasmar para todos nosotros…

Los salmos son la expresión orante del pueblo de Israel recogidos en la Sagrada Escritura y que constantemente rezamos y cantamos en nuestras celebraciones. Quiero dar gracias a Dios por el don del sacerdocio y por estos cinco años que he pasado entre vosotros, un verdadero cielo para mí. Y lo hago con estos salmos significativos para mí y que os ofrezco para que deis gracias conmigo por este tiempo en el que he sido vuestro pastor.

“Cantaré eternamente las misericordias del Señor” (Salmo 88)

El salmo 88 era uno de los salmos favoritos de Santa Teresa, igual por eso yo no paro de rezarlo. Canto a Dios por su misericordia, por su elección, por su amor, porque me sostiene en su servicio, porque sin Él no soy nada. A pesar de mis pecados y mediocridades el Señor ha hecho obras grandes en mí y a través de mis manos consagradas. Por eso, y por tanto, gracias Señor, gracias por tu perdón y misericordia.

“El Señor es mi pastor nada me falta” (Salmo 23)

Inmerecidamente desde hace casi 20 años soy sacerdote. He servido en muchos lugares y han sido muy diversas las encomiendas que los distintos Arzobispos de Zaragoza me han encomendado, pero en todos he visto la mano de Cristo, el único Sacerdote, el único Pastor. He unido mi trabajo y sacrificio al de Cristo, y con Él he intentado siempre pastorear a su modo, con su mismo corazón, con su misma entrega. Gracias Señor por tus sacerdotes, gracias por la vida consagrada, gracias Señor porque diriges sabiamente tu Iglesia.

“El Señor es mi luz y mi salvación” (Salmo 26)

La pandemia que estamos sufriendo nos ha recordado que sólo Dios puede iluminar nuestras tinieblas. En el confinamiento estuvimos más unidos que nunca y rezamos los unos por los otros. ¡Cuántas gracias derramó el Señor! En esas semanas experimentamos que Él es la luz y la salvación, que sólo Él es nuestra esperanza.

“Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor” (Salmo 115)

En cada Eucaristía celebrada nos hemos unido a Jesús Eucaristía que nos alimenta y fortalece. En cada Eucaristía celebrada en tantos altares presentes en nuestra comarca he alzado el cáliz de la salvación por ti y por toda la humanidad. La Eucaristía nos ha alimentado y nos ha unido, nos ha convertido en su cuerpo. La Eucaristía adorada en los Sagrados Corporales ha hecho crecer nuestro amor por la Iglesia y por el Señor. Con San Manuel González os exhorto: ¡No le dejéis nunca abandonado! Él vive en el Sagrario, Él vive en el Santísimo Misterio.

“Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad” (Salmo 39)

Comienza para mí una etapa nueva, como nuevos son todos los retos y proyectos. Cada día decimos con María, hágase, fiat. También ahora, después de tanto vivido con vosotros digo: Aquí estoy Señor, envíame. Él sabe, él lleva el rumbo de nuestra vida. Él que comenzó en mí su obra, Él la llevará a término. Somos historia de salvación, peregrinos que nos dirigimos a la patria del cielo, por eso, no hemos de temer, sino confiar. Nos preceden tantos santos de la puerta de al lado que gozan de la presencia del Señor y que nos cuidan desde el cielo.

D. Sergio Pérez encomienda su nueva misión al Santísimo Misterio

Me resulta imposible escribir todo lo que llevo en el corazón. He querido compartir con vosotros mi oración de estas últimas semanas a través de estos salmos. Marcho con mucho dolor, pero con mucha paz, satisfecho por el trabajo realizado y muy agradecido por todas las muestras de cariño que he recibido. Siempre he apostado por el mundo rural y en los pueblos me he dado al máximo queriéndoos con el amor de un Dios que nunca abandona a su pueblo. En estas semanas he experimentado que merece la pena seguir haciendo presente al Señor y su Iglesia en nuestros pueblos, por muchas dificultades que tengamos. Seguimos unidos en la oración y en la fe. El amor y la vida compartida, no se pueden olvidar jamás. No os dejéis robar la esperanza, seguid luchando por nuestra comarca, dando vida a los pueblos, no os canséis de hacer el bien.

Que el Señor, realmente presente en el Santísimo Misterio os bendiga y os colme de sus gracias. Con el Beato Carlo Acutis queremos que la Eucaristía sea nuestra autopista hacia el cielo.

Gracias por todo, os quiero. ¡Hasta luego!

Sergio 

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